Acabo de llegar a mi casa, la televisión prendida, no entiendo qué pasa. Mi mamá incrédula me pregunta si en serio no sabía nada y me comenta sobre la tragedida sucedida esta mañana en la Cárcel de San Miguel. Lo primero que se me vino a la mente fue el asalto a nuestra casa sufrido hace algunas semanas y todo lo que este trajo consigo. Imagínese, por lo tanto señor-lector, que mi imprensión ante lo acaecido no fue de tomar mucha importancia, pero al cabo de un momento y cuando comenzaron a nombrar uno a uno las personas fallecidas y dándome cuenta que muchos de ellos eran jóvenes de mi edad, sacudí mi rostro y me dije ¡Qué mieda, Lissette, son personas ante todo y nadie tiene derecho a morir así, no puedes ser indolente ante esto! Ahí, comencé a recordar y reflexionar sobre todo lo que estudié tiempo atrás en el curso de DDHH.
Todo ser humano tiene derecho a la vida, nos proclama el primer artículo de los DDHH y, por lo tanto, nadie, absolutamente nadie debe quitarle la vida a otro. Puede ser que mucho opinen que algunos de ellos fue justamente lo que hicieron con otros, pero yo me pregunto: ¿por qué hacer pagar con la misma moneda? No sé, hay tantas cosas que se podrían decir, pero creo que morir quemado, rogando por ayuda, cuando hay ni el 10% de gendarmes para una población penal asinada en un lugar indigno para cualquier ser humano, es por decir menos vergonzoso.
Nuestro sociedad tiende pensar que si cometiste una acción que trasgrede las leyes es culpa directa de tu medio, pero ¿no tenemos nosotros también culpa que miles de personas al no tener oportunidades, verse marginados del sistema o que este los haga sentirse distintos y, por lo tanto no parte de él, vean en la delincuencia el único camino a seguir? No es solo culpa del delincuente, mucho tenemos nosotros que ver en la degradación en la cual otros se sumergen día a día.
Piñera, que antes hizo alarde que la delincuencia se acabaría, estoy segura que jamás pensó en el ciclo que genera la delincuencia, sino simplemente en "meter" en una ratonera a todo el que trasgreda el sistema, sin posibilidad de reinsertarse, nada de resiliencia. Para él eso no existe.
Durante este gobierno, las medidas represivas han sido el pan de cada día. Todo aquel que desee manifestar su animadversión frente a alguna situación, es simplemente callado con golpes, detenciones, manipulación de Mass media para que todo parezca perfecto. Es una verguenza como durante la huelga de los hermanos Mapuches, el gobierno escondió hasta más no poder la situación y hacerla sentir casi una pataleta o como a unos pocos hermanos Pascuences, solo por el hecho de exigir algo que legítimamente les pertece y que fue arrebatado por el hombre continental ambicioso, destructor, etc. fueron objeto de horribles golpizas protagonizadas por carabineros armados hasta los dientes
Es cierto, la situación carcelaria en Chile es conocida desde hace mucho tiempo. Para nadie es una sopresa saber que prácticamente existe un 0% de poibilidades de no volver a delinquir simplemente porque la reinserción es una quimera.
Está bien señor Piñera, querer acabar con la delincuencia, pero quitando horas a nuestros estudiantes para que puedan criticar la realidad en la cual están inmersos y cambiarla, esconder lo que sucede mediante manipulación de medios, aparecer en cuanta situación sea posible mostrando esa hipócrita sonrisa de "cuando pueda te cago" (a todo esto, se han fijado que cada vez que suceden tragedias que afectan, y más que eso, hacen ver realmente la forma de gobernar de la derecha, a Piñera se lo come la tierra. Dónde está mientras cientos de familiares lloran a los reos quemados de la Cárcel de San miguel) no es para nada una búsqueda de mejorar nuestra desigual sociedad.
Señor lector, he aquí la nueva forma de gobernar de la que tanto se hizo alarde: una violación reiterada y extrema de los derechos fundamentales de todas las personas. Una verguenza.
Todo ser humano tiene derecho a la vida, nos proclama el primer artículo de los DDHH y, por lo tanto, nadie, absolutamente nadie debe quitarle la vida a otro. Puede ser que mucho opinen que algunos de ellos fue justamente lo que hicieron con otros, pero yo me pregunto: ¿por qué hacer pagar con la misma moneda? No sé, hay tantas cosas que se podrían decir, pero creo que morir quemado, rogando por ayuda, cuando hay ni el 10% de gendarmes para una población penal asinada en un lugar indigno para cualquier ser humano, es por decir menos vergonzoso.
Nuestro sociedad tiende pensar que si cometiste una acción que trasgrede las leyes es culpa directa de tu medio, pero ¿no tenemos nosotros también culpa que miles de personas al no tener oportunidades, verse marginados del sistema o que este los haga sentirse distintos y, por lo tanto no parte de él, vean en la delincuencia el único camino a seguir? No es solo culpa del delincuente, mucho tenemos nosotros que ver en la degradación en la cual otros se sumergen día a día.
Piñera, que antes hizo alarde que la delincuencia se acabaría, estoy segura que jamás pensó en el ciclo que genera la delincuencia, sino simplemente en "meter" en una ratonera a todo el que trasgreda el sistema, sin posibilidad de reinsertarse, nada de resiliencia. Para él eso no existe.
Durante este gobierno, las medidas represivas han sido el pan de cada día. Todo aquel que desee manifestar su animadversión frente a alguna situación, es simplemente callado con golpes, detenciones, manipulación de Mass media para que todo parezca perfecto. Es una verguenza como durante la huelga de los hermanos Mapuches, el gobierno escondió hasta más no poder la situación y hacerla sentir casi una pataleta o como a unos pocos hermanos Pascuences, solo por el hecho de exigir algo que legítimamente les pertece y que fue arrebatado por el hombre continental ambicioso, destructor, etc. fueron objeto de horribles golpizas protagonizadas por carabineros armados hasta los dientes
Es cierto, la situación carcelaria en Chile es conocida desde hace mucho tiempo. Para nadie es una sopresa saber que prácticamente existe un 0% de poibilidades de no volver a delinquir simplemente porque la reinserción es una quimera.
Está bien señor Piñera, querer acabar con la delincuencia, pero quitando horas a nuestros estudiantes para que puedan criticar la realidad en la cual están inmersos y cambiarla, esconder lo que sucede mediante manipulación de medios, aparecer en cuanta situación sea posible mostrando esa hipócrita sonrisa de "cuando pueda te cago" (a todo esto, se han fijado que cada vez que suceden tragedias que afectan, y más que eso, hacen ver realmente la forma de gobernar de la derecha, a Piñera se lo come la tierra. Dónde está mientras cientos de familiares lloran a los reos quemados de la Cárcel de San miguel) no es para nada una búsqueda de mejorar nuestra desigual sociedad.
Señor lector, he aquí la nueva forma de gobernar de la que tanto se hizo alarde: una violación reiterada y extrema de los derechos fundamentales de todas las personas. Una verguenza.






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