Hoy resultó ser un día particularmente importante: el último día de clases con mis niños. Si bien es cierto que mañana es el acto final, este martes fue nuestra ultima instancia de clases. Creo que para todo profesor resulta gratificante evaluar el proceso que ha vivido y que han vivenciado sus estudiantes durante todo un año y sentir ese cariño que emana de forma sencilla y sincera de los niños es impagable.
Cuando entré a la sala y me entregaron de regalo una polera firmada por todos, con una frase que decía "Todo comenzó un 8 de marzo cuando nos volvimos a ver, ahí nació el cuarto básico 2010 gracias a la tía Lissette", recibí en una par de segundos todo el amor de mis pequeños, pero más allá, de pronto abrí los ojos y el corazón y me di cuenta realmente de las bendiciones que la vida me ha entregado. Desde ahí todo fue distinto, algo así como un despertar y ver la vida con otros ojos.
Ya en mi práctica habitual de yoga, hice consciente cuánto he avanzado y todo el proceso que he vivido, posturas que antes me costaban ahora las hice y lo más lindo fue terminar y sentir una alegría reflejada en una gran sonrisa que siempre ha de ser, pero a veces olvidamos.
Realmente en este momento me siento bendecida por la vida, plena y con muchas ganas de seguir avanzado y creciendo día a día.
Yoga es unión de mente y cuerpo, sanación, encuentro y aceptación y hoy puedo decir que ya en mi vida no son solo palabras.
Estoy feliz, simplemente feliz.
Namasté!
Cuando entré a la sala y me entregaron de regalo una polera firmada por todos, con una frase que decía "Todo comenzó un 8 de marzo cuando nos volvimos a ver, ahí nació el cuarto básico 2010 gracias a la tía Lissette", recibí en una par de segundos todo el amor de mis pequeños, pero más allá, de pronto abrí los ojos y el corazón y me di cuenta realmente de las bendiciones que la vida me ha entregado. Desde ahí todo fue distinto, algo así como un despertar y ver la vida con otros ojos.
Ya en mi práctica habitual de yoga, hice consciente cuánto he avanzado y todo el proceso que he vivido, posturas que antes me costaban ahora las hice y lo más lindo fue terminar y sentir una alegría reflejada en una gran sonrisa que siempre ha de ser, pero a veces olvidamos.
Realmente en este momento me siento bendecida por la vida, plena y con muchas ganas de seguir avanzado y creciendo día a día.
Yoga es unión de mente y cuerpo, sanación, encuentro y aceptación y hoy puedo decir que ya en mi vida no son solo palabras.
Estoy feliz, simplemente feliz.
Namasté!
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