Hallabase con un mate frío, sentada frente a la bahía que de milagros con la vista tantas veces hizo suya. De aguas tranquilas y de fondo un parque, de donde penden las torres más hermosas que jamás nadie a visto (claro está que, si bien, sentíase dueña de aquel paraje de ensueño, tal como muchas cosas en la vida, aquella visión resultaba ser de todos y a la vez de nadie).
Soñando construcciones de una lejanía inmutable, olvidaba cebar los pensamientos con cristales etéreos y rosas carmínicas, razón por la cual, al devenir de tantas horas ensoñadas, olvidó por completo la trémula voz de la marea y, con esto, cambiar el torrente que llevó a la hierba a tomar su propia vida y secar en un brillar de Sol eterno el mate que la acompañaba aquella fría tarde magallánica.
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19:58
Hallabase con un mate frío, sentada frente a la bahía que de milagros con la vista tantas veces hizo suya. De aguas tranquilas y de fondo un parque, de donde penden las torres más hermosas que jamás nadie a visto (claro está que, si bien, sentíase dueña de aquel paraje de ensueño, tal como muchas cosas en la vida, aquella visión resultaba ser de todos y a la vez de nadie).
Soñando construcciones de una lejanía inmutable, olvidaba cebar los pensamientos con cristales etéreos y rosas carmínicas, razón por la cual, al devenir de tantas horas ensoñadas, olvidó por completo la trémula voz de la marea y, con esto, cambiar el torrente que llevó a la hierba a tomar su propia vida y secar en un brillar de Sol eterno el mate que la acompañaba aquella fría tarde magallánica.
Soñando construcciones de una lejanía inmutable, olvidaba cebar los pensamientos con cristales etéreos y rosas carmínicas, razón por la cual, al devenir de tantas horas ensoñadas, olvidó por completo la trémula voz de la marea y, con esto, cambiar el torrente que llevó a la hierba a tomar su propia vida y secar en un brillar de Sol eterno el mate que la acompañaba aquella fría tarde magallánica.
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