El invierno florido de tu vestidura
Me recuerda el paso de
Edificios y calles populosas
Durante un abril
Frío y amante,
De esos que casi a este lado del mundo
No son más que cuentos
Y poemas recitados por algún
Loco parado en la vereda
Que habla en silencio
Que gime sin compasión
Que oye sin mirar
Que ama sin volver la vista atrás.
La entrepierna que teje flores que esquivan
Pesares de tierras marchitas,
Me llama a gritar en la oscuridad infinita
De nubes de óleo
Y canciones conocidas solo por unos cuantos,
Los firmamentos que quiero dibujar
Y hacer completamente míos
Aunque sea en amores nocturnos ensoñados
Durmiendo a ras de una gélida pero dulzona pared,
Repleta de colores
Cubierta de imágenes de un pasado
Retratado por cámaras con luz ultravioleta
Con fibras de odio
Con pasión a destajo
Con gritos callados
Con compañías en estado betha.
El vendaval de los artistas
Es un extraño placer que enmarca,
Que encierra y trae a las manos
De una Loca postiza,
Los oníricos relatos de un tal Jung
Tratando de encontrar un sentido
A las benditas maldecidas tormentas.
Heme aquí,
Con puñados de pinceles ariscos,
Reclamando a los enanos marchitos
De las ciénagas de tus muslos,
El sentido de florecer cerca de tu invierno
Clavado en mis pupilas,
Absorta
Fría
Tranquila
Trémula
Amante
Y levemente perdida entre calafates de olvido,
El eslabón para llegar
A la ensenada de tu quehacer
De amoríos inciertos.
...perderse entre los ojos, leer los pasos del divino desde lejos... Por cobardía norturna de sueños y alegrías floridas...
amén...
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21:48
El invierno florido de tu vestidura
Me recuerda el paso de
Edificios y calles populosas
Durante un abril
Frío y amante,
De esos que casi a este lado del mundo
No son más que cuentos
Y poemas recitados por algún
Loco parado en la vereda
Que habla en silencio
Que gime sin compasión
Que oye sin mirar
Que ama sin volver la vista atrás.
La entrepierna que teje flores que esquivan
Pesares de tierras marchitas,
Me llama a gritar en la oscuridad infinita
De nubes de óleo
Y canciones conocidas solo por unos cuantos,
Los firmamentos que quiero dibujar
Y hacer completamente míos
Aunque sea en amores nocturnos ensoñados
Durmiendo a ras de una gélida pero dulzona pared,
Repleta de colores
Cubierta de imágenes de un pasado
Retratado por cámaras con luz ultravioleta
Con fibras de odio
Con pasión a destajo
Con gritos callados
Con compañías en estado betha.
El vendaval de los artistas
Es un extraño placer que enmarca,
Que encierra y trae a las manos
De una Loca postiza,
Los oníricos relatos de un tal Jung
Tratando de encontrar un sentido
A las benditas maldecidas tormentas.
Heme aquí,
Con puñados de pinceles ariscos,
Reclamando a los enanos marchitos
De las ciénagas de tus muslos,
El sentido de florecer cerca de tu invierno
Clavado en mis pupilas,
Absorta
Fría
Tranquila
Trémula
Amante
Y levemente perdida entre calafates de olvido,
El eslabón para llegar
A la ensenada de tu quehacer
De amoríos inciertos.
...perderse entre los ojos, leer los pasos del divino desde lejos... Por cobardía norturna de sueños y alegrías floridas...
Me recuerda el paso de
Edificios y calles populosas
Durante un abril
Frío y amante,
De esos que casi a este lado del mundo
No son más que cuentos
Y poemas recitados por algún
Loco parado en la vereda
Que habla en silencio
Que gime sin compasión
Que oye sin mirar
Que ama sin volver la vista atrás.
La entrepierna que teje flores que esquivan
Pesares de tierras marchitas,
Me llama a gritar en la oscuridad infinita
De nubes de óleo
Y canciones conocidas solo por unos cuantos,
Los firmamentos que quiero dibujar
Y hacer completamente míos
Aunque sea en amores nocturnos ensoñados
Durmiendo a ras de una gélida pero dulzona pared,
Repleta de colores
Cubierta de imágenes de un pasado
Retratado por cámaras con luz ultravioleta
Con fibras de odio
Con pasión a destajo
Con gritos callados
Con compañías en estado betha.
El vendaval de los artistas
Es un extraño placer que enmarca,
Que encierra y trae a las manos
De una Loca postiza,
Los oníricos relatos de un tal Jung
Tratando de encontrar un sentido
A las benditas maldecidas tormentas.
Heme aquí,
Con puñados de pinceles ariscos,
Reclamando a los enanos marchitos
De las ciénagas de tus muslos,
El sentido de florecer cerca de tu invierno
Clavado en mis pupilas,
Absorta
Fría
Tranquila
Trémula
Amante
Y levemente perdida entre calafates de olvido,
El eslabón para llegar
A la ensenada de tu quehacer
De amoríos inciertos.
...perderse entre los ojos, leer los pasos del divino desde lejos... Por cobardía norturna de sueños y alegrías floridas...
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