Sumida en libros de inconmensurable alcance, la no-loca-de-patio canta y hace check list en su Itunes de poca monta. Robando melodías como duende, se inmiscuye en la vida virtual-musical de varios Santitrabajadores, mientras rie calladita por el puesto editosoñado que acaba de conseguir... todo coronado por un viaje Patagón a la vida que se dará en estos días, (encima, encima) tal como es la tónica de su pasado-ausente-presente-ahora-futuro-?
Ah! para coronar la escena, suena de fondo en sus audífonos de tortuga pequeña: Cocteau twins Golfrapp, Faith no More y Colplay. ¿Habrá algo más pseudoorgásmicoso que eso?

Ja, Cronopio de mierda!

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

 

Viajes


    Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
   
    Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".

    Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.

    Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan. 

Cortázar, Julio. En http://www.literaberinto.com/cortazar/viajes.htm 

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Sumida en libros de inconmensurable alcance, la no-loca-de-patio canta y hace check list en su Itunes de poca monta. Robando melodías como duende, se inmiscuye en la vida virtual-musical de varios Santitrabajadores, mientras rie calladita por el puesto editosoñado que acaba de conseguir... todo coronado por un viaje Patagón a la vida que se dará en estos días, (encima, encima) tal como es la tónica de su pasado-ausente-presente-ahora-futuro-?
Ah! para coronar la escena, suena de fondo en sus audífonos de tortuga pequeña: Cocteau twins Golfrapp, Faith no More y Colplay. ¿Habrá algo más pseudoorgásmicoso que eso?

Ja, Cronopio de mierda!

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

 

Viajes


    Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
   
    Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".

    Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.

    Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan. 

Cortázar, Julio. En http://www.literaberinto.com/cortazar/viajes.htm 
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