En cinco minutos todo un presente se hace pasado,
las horas subyacen caídas, inócuas, sutiles.
Se viven los momentos más vivos
se comen ansias, se destrozan carriles.
El tiempo pasa como el viento
que vaga silencioso
sin querer algo de ti.
Pero como tu sí quieres algo de él
te llenas por completo de un vacío simple
de segundos y horas infantiles,
de dulces cantares amargos
que van y vienen
y sin querer se deshacen
como si el tiempo se volviera arena en tu manos.
En cinco minutos la mágica sombra del placer te llena de regocijo,
y después de una hora
esos anteriores cinco minutos
se vuelven el pasado de tu presente
vacío, completo, sublime
harto de siempre-bienes
casto de menesteres.
Y aún así
nunca dejas tu papel de espectador,
esperando el qué sucede
para esos nuevos 5 minutos
que ya acaban de comenzar a ser parte de tu vida.
Pretéritos de un devenir,
futuros del infantil sueño de días
años y siglos de tu propio y reencarnante existir.
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Cinco pretéritos minutos
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12:50
En cinco minutos todo un presente se hace pasado,
las horas subyacen caídas, inócuas, sutiles.
Se viven los momentos más vivos
se comen ansias, se destrozan carriles.
El tiempo pasa como el viento
que vaga silencioso
sin querer algo de ti.
Pero como tu sí quieres algo de él
te llenas por completo de un vacío simple
de segundos y horas infantiles,
de dulces cantares amargos
que van y vienen
y sin querer se deshacen
como si el tiempo se volviera arena en tu manos.
En cinco minutos la mágica sombra del placer te llena de regocijo,
y después de una hora
esos anteriores cinco minutos
se vuelven el pasado de tu presente
vacío, completo, sublime
harto de siempre-bienes
casto de menesteres.
Y aún así
nunca dejas tu papel de espectador,
esperando el qué sucede
para esos nuevos 5 minutos
que ya acaban de comenzar a ser parte de tu vida.
Pretéritos de un devenir,
futuros del infantil sueño de días
años y siglos de tu propio y reencarnante existir.
las horas subyacen caídas, inócuas, sutiles.
Se viven los momentos más vivos
se comen ansias, se destrozan carriles.
El tiempo pasa como el viento
que vaga silencioso
sin querer algo de ti.
Pero como tu sí quieres algo de él
te llenas por completo de un vacío simple
de segundos y horas infantiles,
de dulces cantares amargos
que van y vienen
y sin querer se deshacen
como si el tiempo se volviera arena en tu manos.
En cinco minutos la mágica sombra del placer te llena de regocijo,
y después de una hora
esos anteriores cinco minutos
se vuelven el pasado de tu presente
vacío, completo, sublime
harto de siempre-bienes
casto de menesteres.
Y aún así
nunca dejas tu papel de espectador,
esperando el qué sucede
para esos nuevos 5 minutos
que ya acaban de comenzar a ser parte de tu vida.
Pretéritos de un devenir,
futuros del infantil sueño de días
años y siglos de tu propio y reencarnante existir.
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