Desprovisto de cualquier sintomatología que pudiere significar el momento agónico del término de una lectura de inconmensurable hojeada, sírvase tomar un café matutino y caminar, no sin antes sostener con hábil tesón y una fuerza delicadamente terca, el tazón mañanero de manera de no derramar gota alguna de la posión revivemuertos.
Así, luego de esta acción tan cotidianamente burda, dispóngase a salir de casa feliz y activo. Eso sí, no olvide guardar deliberadamente el manojo abrecielos, no vaya a ser que su felicidad cafeínica sea mutilada al momento de no poder alcanzar esa foto que dejó en el armario guardada para-momentos-importantes por el simple hecho de haber sellado la entrada de la puerta del ropero donde justo esa mañana guardó equivocadamente el tazón de su efímero destierro.
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Escritoburdoysinsentido
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21:20
Desprovisto de cualquier sintomatología que pudiere significar el momento agónico del término de una lectura de inconmensurable hojeada, sírvase tomar un café matutino y caminar, no sin antes sostener con hábil tesón y una fuerza delicadamente terca, el tazón mañanero de manera de no derramar gota alguna de la posión revivemuertos.
Así, luego de esta acción tan cotidianamente burda, dispóngase a salir de casa feliz y activo. Eso sí, no olvide guardar deliberadamente el manojo abrecielos, no vaya a ser que su felicidad cafeínica sea mutilada al momento de no poder alcanzar esa foto que dejó en el armario guardada para-momentos-importantes por el simple hecho de haber sellado la entrada de la puerta del ropero donde justo esa mañana guardó equivocadamente el tazón de su efímero destierro.
Así, luego de esta acción tan cotidianamente burda, dispóngase a salir de casa feliz y activo. Eso sí, no olvide guardar deliberadamente el manojo abrecielos, no vaya a ser que su felicidad cafeínica sea mutilada al momento de no poder alcanzar esa foto que dejó en el armario guardada para-momentos-importantes por el simple hecho de haber sellado la entrada de la puerta del ropero donde justo esa mañana guardó equivocadamente el tazón de su efímero destierro.
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