Dentro de todas las cosas buenas que nos prepara y nos depara la vida, también hay situaciones y sensaciones que en algo resultan asustadizas y también desagradables.
Tan feliz se sentía la Loca que de tanto, una puntada en la cabeza terminó con ella en la enfermería sin poder moverse. Lo peor es tratar que los niños no se den cuenta mientras van por la enfermera y de los ojos los lagrimones salen solos. Más encima, la enfermera examina y dictamina que la locura de la Loca debe ser llevaba con urgencia al doc.
En fin, parece que tanta custione' explotó y ahora un buen doctor, que anda saber Dios dónde se encontrará, tendrá que decir que cuestión generó ese inmovilizador dolor que, por cierto y a pesar de los antiguas jaquecas, nunca le había dado así y en ese lugar.
Pfffff, será poh!






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