El viento por entre mis dedos, unas hebras fumadas que expelen un dulzor aromático vainillesco, una flaquita que permite consumir la amargura trasmutándola en una compartida alegría, música para los oídos, luciérnaga proyectora de luz compartida y unos conversatorios que no terminan al acallar la voz. Definitivamente, una noche perfecta.
Recuento
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17:42
El viento por entre mis dedos, unas hebras fumadas que expelen un dulzor aromático vainillesco, una flaquita que permite consumir la amargura trasmutándola en una compartida alegría, música para los oídos, luciérnaga proyectora de luz compartida y unos conversatorios que no terminan al acallar la voz. Definitivamente, una noche perfecta.
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