Llevo mucho rato sentada al computador escribiendo mails a los papás de mi curso (sí ya me titulé e incluso estoy trabajando, llevo una semana y media como profesora jefe de un cuarto básico) y hace bastante rato que trato de sentir de dónde viene ese olor. Es un olor dulce, el mismo de un brillo que tenía hace 5 años atrás más o menos. Es bien raro esto, porque avon hace mucho que cambió el aroma e incluso el sabor de ese labial, pero juraría de guata que es el mismo que tenía en ese entonces (y que está demás decir que me encantaba).
Por la chita qué rico es el olor. Si pudiera saber de dónde cresta viene (o más bien dónde está ese brillo perdido) lo haría algo así como droga, porque pucha que es dulcecito y delicioso.
En fin, continuaré con la maratón de planificaciones que se me viene encima, acompañada del fantasma (señor usuario-de-blog, usted sabe cómo se llama al olor de algo que ya no hay?) de mi brillito avon que tanto, tanto, tanto me gustaba...
Por la chita qué rico es el olor. Si pudiera saber de dónde cresta viene (o más bien dónde está ese brillo perdido) lo haría algo así como droga, porque pucha que es dulcecito y delicioso.
En fin, continuaré con la maratón de planificaciones que se me viene encima, acompañada del fantasma (señor usuario-de-blog, usted sabe cómo se llama al olor de algo que ya no hay?) de mi brillito avon que tanto, tanto, tanto me gustaba...






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