Llevo horas escuchando a Smashing Pumkins, en realidad desde ayer estoy un tanto pegada con este grupo que tanto me fascina.
Hay miles de cosas que he recordado escuchando su música más otras tantas que más que recordar fluyen entre decisiones indecisas, palabras y sentimientos experimetados y no dichos, entre ese quisiera que sólo es un quise y nunca llegó a ser querer (señor usario-de-blog, sepa usted que no únicamente me refiero al querer de amor, como pienso habrá imaginado), en fin por estos días mi cabeza es un caos. Lo que sí tengo muy claro es que, durante estos días, he aprendido que los hombres son una raza extraña de la que nunca sabrás nada, por más que creas saber todo. Un día serán casi perros falderos, otro, aves que sobrevuelan atentas a lo que viene (más conocidos como jotes en nuestro lenguaje cotidiano), ciertos días se volverán animales por instinto nato (compréndase por favor a lo que me refiero, no debe pensar mucho), otros tantos, serán como perritos pequineses derrochadores extremos de amor y ternura y, el resto... qué va, no creo que sea necesario explicitarlo o ¿prefiere que nombre algun animal raro de esos que es imposible identificar?
En fin, nunca sabremos señor-usuario-de-blog ante qué día para el bendito (o maldito, según sea su opinión) nos lo encontraremos. Pero sólo puedo darle un consejo... Las acciones demuestran las etapas evolutivas y de estado de las personas, identifíquelas y si quiere... diviértase, odie, ame y simplemente envíelo devuelta a la casa.
Qué mágica es la escritura... desde un pensamiento que puede llevar ronrando (por lo menos en mi caso) días y días, nos deriva a reflexiones algo vanales, algo tangenciales, pero de todas maneras graciosas y algo extrañas, como es esta mi situación. Mejor, seguiré en disfrutando de mi propio y personal Ava adore (imagínese lo que quiera, a esta altura debo aceptar que no me importa lo que pueda pensar, es más disfruto con su incertidumbre... o quiere saber qué hay detrás de todo este mamotreto de palabras extrañas. Bueno pregunte, con gusto le responderé, claro si me pilla en un estado de animal tranquilo, sino vaya a saber usted lo que pueda pasar).
Hay miles de cosas que he recordado escuchando su música más otras tantas que más que recordar fluyen entre decisiones indecisas, palabras y sentimientos experimetados y no dichos, entre ese quisiera que sólo es un quise y nunca llegó a ser querer (señor usario-de-blog, sepa usted que no únicamente me refiero al querer de amor, como pienso habrá imaginado), en fin por estos días mi cabeza es un caos. Lo que sí tengo muy claro es que, durante estos días, he aprendido que los hombres son una raza extraña de la que nunca sabrás nada, por más que creas saber todo. Un día serán casi perros falderos, otro, aves que sobrevuelan atentas a lo que viene (más conocidos como jotes en nuestro lenguaje cotidiano), ciertos días se volverán animales por instinto nato (compréndase por favor a lo que me refiero, no debe pensar mucho), otros tantos, serán como perritos pequineses derrochadores extremos de amor y ternura y, el resto... qué va, no creo que sea necesario explicitarlo o ¿prefiere que nombre algun animal raro de esos que es imposible identificar?
En fin, nunca sabremos señor-usuario-de-blog ante qué día para el bendito (o maldito, según sea su opinión) nos lo encontraremos. Pero sólo puedo darle un consejo... Las acciones demuestran las etapas evolutivas y de estado de las personas, identifíquelas y si quiere... diviértase, odie, ame y simplemente envíelo devuelta a la casa.
Qué mágica es la escritura... desde un pensamiento que puede llevar ronrando (por lo menos en mi caso) días y días, nos deriva a reflexiones algo vanales, algo tangenciales, pero de todas maneras graciosas y algo extrañas, como es esta mi situación. Mejor, seguiré en disfrutando de mi propio y personal Ava adore (imagínese lo que quiera, a esta altura debo aceptar que no me importa lo que pueda pensar, es más disfruto con su incertidumbre... o quiere saber qué hay detrás de todo este mamotreto de palabras extrañas. Bueno pregunte, con gusto le responderé, claro si me pilla en un estado de animal tranquilo, sino vaya a saber usted lo que pueda pasar).






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