
Amo escribir. En cada cuento, plasmo algo de mí, parte de mi vida, de mi sentir, de mis ideologías. Realmente no sé que sería de mi vida si no escribiera. Los mejores momentos, y también los no tan buenos, han quedado plasmados por ahí en hojas de cuadernos o carpetas de uno o que otro computador.
Mi vida son las letras. Es la palabra hecha grafismo. No hay mejor forma de entenderse uno mismo que por medio de lo escrito.
La letra escrita te acompaña, te comprende. No te pide nada a cambio. Tú eres quien vive para ella y ella para ti.
No me gustan los números, pero amo las palabras. Amo mis cuentos, amo mi vida hecha escritos.
Vivo para escribir y muero sin hacerlo.
La palabra escrita es mi vida. Detrás de cada uno de mis escritos hay una parte de mí. Así como hoy, en que quiero expresar mi amor por las palabras, esas que realmente me aman, que necesito y nunca me faltan.